CDMX
Jueves 02 de Abril de 2020
El reloj de la Torre Latino marca las 17:50 y en el corazón económico, político y religioso de la Ciudad, sólo se observan cuadrillas de la policía con un implemento más en su uniforme: un cubre-boca.
Los mismos uniformados, por sus alto parlantes invitan de forma incansable a la población a regresar a sus casas.
Quienes cruzan por el frente del viejo pero hermosísimo edificio del Ayuntamiento de la Ciudad, ven que está abierto, pero el acceso es más que restringido.
De hecho quien no tenga asunto concreto y agendado, no será atendido.
Quienes sí logran ingresar, los elementos de Seguridad en la puerta, te colocan el ya tan popular e infaltable gel antibacterial.
Así luce hoy el corazón de la ciudad, con miradas incrédulas, que no aceptan que México sí se detuvo.
Aún los indigentes que no saben ni entienden nada de cuarentenas, solo de sobrevivir al día.
Sorprendidos y con miradas de gran incertidumbre solo se encuentran con letreros de "solo para llevar" en la entrada de establecimientos en donde antes esperaban poder lograr la conmiseración de los parroquianos.
De hecho, todo negocio que no tenga que ver con alimentos y medicinas, deberá permanecer cerrado hasta el término de la contingencia.
Una ciudad que apenas hace unos días incrédula se negaba a parar su actividad.
Hoy la realidad es otra: la realidad de un enemigo que nadie puede ver, pero sí sentir.
El miedo que provoca al hacer compras de pánico, a agotar los cubre-bocas y el gel antibacterial, que por cierto, comienzan a escasear.
Pocos se atreven a salir, a continuar con sus vidas, porque no pueden darse el lujo de estar en cuarentena.
Por cierto, a esta hora, se han confirmado 37 defunciones en la Ciudad, atribuidas al COVID 19.
Reporte desde la cdmx
Para La Voz de la Región
Francisco Yepez
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